No fue sino hasta fines del siglo
XVIII
,
en 1785, que el ingeniero militar francés Charles Auguste Coulomb (l736-1806)
pudo medir con bastante precisión las características de las fuerzas entre
partículas eléctricamente cargadas. Para ello utilizó un péndulo de torsión que consiste en una barra AB que está sujeta por medio de un
alambre vertical. Cuando uno de los extremos experimenta una fuerza, la barra
gira y hace que el alambre se tuerza. Midiendo el ángulo que gira el alambre se
puede determinar la magnitud de la fuerza que experimentó el extremo de la
barra. Coulomb colocó en el extremo A de su péndulo una carga y acercó
otra carga C. Cambiando los valores de las cargas y manteniendo la
distancia entre A y C fija, encontró que mientras más grande es
cada una de las cargas, mayor es la magnitud de la fuerza entre ellas (ya sea
de atracción si las cargas son opuestas, o de repulsión si son iguales). De
hecho, si una de las cargas aumenta al doble, la fuerza aumenta al doble, si la
carga aumenta al triple, la fuerza aumenta al triple y así sucesivamente.
Además, mientras más separadas estén las cargas, menor será la fuerza. Así si
la distancia entre A y C aumenta al doble, la fuerza disminuye a
la cuarta parte; si la distancia aumenta al triple, la fuerza disminuye a la
novena parte, etc. Este conjunto de resultados recibe el nombre de ley de
Coulomb.
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